Vogue reúne los beneficios de caminar en silencio o hacer silent walk, como también se conoce en inglés: El hábito ideal para el cuerpo y la mente.
En 2023, poder estar 30 minutos a solas, en silencio, sin ningún tipo de distracción y solo con tus pensamientos de fondo es casi imposible. Inmersos como estamos en constantes estímulos digitales, parece imposible despegar la mente de las obligaciones y esos pensamientos que nos inundan en el día a día, por lo que ahora más que nunca es imprescindible hacerlo, encontrando nuevas formas de reconectar con nosotras y con nuestros pensamientos.
Existe un hábito milenario para alcanzar la longevidad que no sólo abre la mente y calma los pensamientos, sino que hace que la sangre bombee por todo el cuerpo, reactivando la circulación sanguínea y favoreciendo la oxigenación de la sangre, que fue redescubierto recientemente por la Generación Z durante la pandemia, para sorpresa de muchos. Hablamos de la caminata silenciosa.
‘Los jóvenes han descubierto lo que es caminar’, escribió alguien con ironía en las redes sociales. Pero no olvidemos que los beneficios de caminar son muy necesarios para lograr un verdadero detox digital. El lado positivo de las redes sociales reside precisamente en recuperar conocimientos que se daban por sentados, y hacer que el público general los redescubra.
Así es como el paseo silencioso se ha convertido en un verdadero movimiento, demostrando que la eficacia de una caminata regeneradora en la naturaleza, en silencio y respetando religiosamente la regla de no responderle a nadie durante esos 30 minutos, puede tener efectos beneficiosos, no solo para el cuerpo, sino también para la mente, con efectos positivos para la vida social y la longevidad.
Caminar durante 30 minutos en silencio
Caminar, a cualquier intensidad, es bueno para la salud, independientemente del tiempo que se dedique a esta actividad física. Se ha demostrado que basta con dar 4,000 pasos al día para reducir el riesgo de muerte prematura y de enfermedades como el cáncer, lo que en minutos se traduce en caminar entre 30 y 45 minutos, dependiendo de tu ritmo.
Las investigaciones sugieren que dar paseos más largos con regularidad ayuda a fortalecer los músculos y los huesos, activar la circulación y mejorar la presión arterial, eliminando los riesgos de acumulación de grasa y colesterol y activando el metabolismo.
La oxigenación de la sangre también tiene beneficios en el ámbito de la percepción del hambre y el apetito: las investigaciones de la Universidad de Exeter han demostrado que incluso sólo 15 minutos de paseo disminuyen los antojos de comida chatarra y ayudan a aprender a reconocer la sensación de saciedad. Caminar, por poco tiempo que sea, ‘es la mejor medicina que podemos recomendar: sal y camina’, afirma el Dr. Randal Thomas, especialista en cardiología preventiva de la Clínica Mayo de Nueva York, según un informe publicado en el New York Times.
Beneficios de caminar en silencio por al menos 30 minutos
Los beneficios de caminar no son nada nuevo, pero son más relevantes ahora que nunca, en esta época en la que estamos constantemente bombardeados de estímulos. El concepto de silent walking nació en la pandemia, cuando a pesar de que la población mundial estaba atrapada en casa, reinaba el fenómeno del burn out debido a las exigencias de rendimiento en tiempo real del trabajo a distancia y la comunidad mostraba interés por realizar prácticas de mindfulness como retirarse a la naturaleza entre cada llamada de Zoom, en una especie de meditación constante.
Salir a pasear es una invitación que se suele hacer a quienes necesitan calmarse de verdad, pero también es una técnica para calmar el estrés laboral. Según una investigación realizada por Gloria Mark, profesora de informática de la Universidad de California y autora de ‘Attention Span’, gastamos tiempo viendo contenidos digitales durante unos 47 segundos, antes de alejarnos de la pantalla en busca del siguiente estímulo, un mecanismo agotador que conlleva estrés y fatiga, tanto en el trabajo como en nuestra vida personal.
De hecho, un estudio de YouGov muestra que el 74% de la población mundial sufre o ha sufrido burn out y estrés elevado. Así que caminar en silencio, aislándose de los dispositivos tecnológicos, los correos electrónicos y los contenidos digitales, te permite reconectar con la mente y hacer fluir las ideas, reflexionar sobre los acontecimientos cotidianos.
Crear un espacio para reflexionar sobre las propias emociones significa procesarlas y verlas de forma lúcida, evitando dejarlas explotar en situaciones menos oportunas, ya sean laborales o sociales.
Cómo lograr una caminata en silencio y en soledad
Un estudio de 2014 descubrió que, si no tuvieran otra opción, las personas recibirían un electroshock antes de quedarse a solas con sus pensamientos. ‘La mayoría de la gente parece preferir hacer algo antes que no hacer nada’, escribieron los autores del estudio.
Si se piensa en cuántas obras maestras de la literatura fueron escritas por autores en aislamiento social, queda claro hasta qué punto la soledad y el aburrimiento son cruciales para concentrarse y estimular la creatividad, y cómo los continuos estímulos digitales privan de una conexión mental a la vez que anestesian el posible dolor del contacto con los propios pensamientos.
Sin embargo, no hay que culpar a este mecanismo, ya que a menudo se ha estigmatizado la soledad, considerándola un problema, una molestia que hay que evitar o ‘una injusticia que no debería ocurrirle a nadie’. Hay que distinguir entre estar solo y sentirse solo, sobre todo en momentos especialmente turbulentos de la vida personal, como la pérdida de un ser querido.
El instinto de las personas es buscar consuelo fuera de sí mismas para no sentir la falta de algo, y no hay nada malo en ello, pero no hay que subestimar un poco de soledad para comprender y procesar emociones y sentimientos. La soledad es especialmente útil cuando sientes resaca social, es decir, cuando uno se siente agobiado por la presencia de los demás en su vida. ‘Cuando la gente está en crisis, no siempre se trata sólo de ellos: se trata de la sociedad en sí’, explica Jack Fong, sociólogo de la Universidad Politécnica del Estado de California. ‘Cuando las personas se toman estos momentos para explorar su soledad, no sólo se ven obligadas a enfrentarse a quiénes son, sino que también podrían aprender un poco sobre cómo superar la toxicidad que les rodea en su entorno’.
Artículo originalmente publicado en Vogue Italia, vogue.it.
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